Como puede ayudar a tus hijos - y a ti - el Kyokushinkai

El mundo ha cambiado tanto y tan deprisa, que los seres humanos apenas podemos mantener el rumbo.

Vivimos inmersos en un día a día que va a una velocidad que no nos da tregua. Todo es inmediato: la información, la recompensa, la exigencia. Las pantallas nos invaden, las rutinas nos consumen, y los vínculos —con los demás y con nosotros mismos— se van debilitando. Siento que no estamos sabiendo adaptarnos a tantos cambios, y eso está dejando huella en todos nosotros. Los niños se frustran con gran facilidad, tienen poca paciencia, mucho estrés y mucha sobreestimulación  Los adolescentes viven perdidos, incomprendidos, desmotivados y sin saber que hacer con su vida, y los adultos, vivimos agotados, desconectados del cuerpo, de las emociones y de lo que realmente importa.

Esta aceleración constante está afectando al desarrollo emocional, a la capacidad de atención, a la autoestima y a las relaciones familiares… Y lo más preocupante: nos está alejando de nosotros mismos, por eso ahora más que nunca necesitamos espacios que nos ayuden a bajar el ritmo, mirar hacia dentro y reconectar con lo esencial. Espacios donde los niños puedan aprender a esperar, a esforzarse, a respetarse, donde los adultos puedan recuperar su centro, donde la fuerza no sea solo física, sino también emocional, mental y espiritual. Necesitamos despejar la mente, cultivar la templanza, aprender a estar presentes.

Y ahora pensarás... "No tengo tiempo para nada, ni para acabar de leer esta reflexión" y ahí es donde tenemos el gran problema de nuestros días. No tener tiempo para vivir, para ser, para conocernos, para educar. La falta de tiempo es una de las cosas que más ha cambiado en las últimas décadas y una de las cosas más perjudiciales para las relaciones humanas.

Seguro que la mayoría de adultos estamos de acuerdo en que a las generaciones de hoy les falta disciplina… pero no cualquier disciplina. Hablamos de disciplina bien entendida y eso requiere tiempo.  Cuando hablo de disciplina, no hablo de imponer castigos, de dar órdenes, de forzar el “porque sí”. Esa época, por suerte, ya pasó. La disciplina verdadera no es represión, ni obediencia ciega. Es otra cosa, es constancia, autocontrol, respeto por uno mismo y por los demás. Es saber decir “no” cuando toca, aunque cueste. Es sostener el esfuerzo cuando no hay resultados inmediatos. Es levantarse después de fallar sin rendirse. Y eso, sinceramente, muy pocos niños —y adultos— lo tienen hoy. No porque no quieran, sino porque no han tenido dónde cultivarlo, ni tiempo para hacerlo. Porque el sistema educativo no lo enseña, y muchas veces, en casa tampoco sabemos cómo transmitirlo sin caer en los extremos.

Cuando se enseña con respeto, con presencia, con coherencia, la disciplina se convierte en una fuente de libertad. Porque un niño con disciplina no es un niño sometido: es un niño que confía en sí mismo, que sabe que puede avanzar paso a paso, que no se viene abajo al primer obstáculo. Y eso es justo lo que queremos compartir desde Los 3Senderos a través de la enseñanza del Kárate Kyokushinkai. No se busca que los niños obedezcan, se busca que encuentren dentro de sí mismos una fuerza que los sostenga, una estructura interior que no dependa del premio ni del castigo y un autocontrol gracias al autoconocimiento. 


Las clases de Kárate Kyokushinkai, son muy especiales y lo son aún más de la mano de Javi, un maestro de esta disciplina , con más de 30 años de experiencia, y un gran maestro de vida, cuya forma de enseñar va mucho más allá de las artes marciales.

¿Qué es el Kyokushinkai?

Kyokushinkai significa “la escuela de la verdad última”. Es un estilo de kárate fundado por Masutatsu Oyama que se caracteriza por su intensidad y por seguir una filosofía que va más allá del entreno físico, es un camino de superación constante. No se trata de golpear, se trata de enfrentarse a uno mismo, de aprender a caer y levantarse, de tener paciencia cuando las cosas no salen, y seguir entrenando., de descubrir la fuerza interior y usarla con respeto. Por eso, más que un deporte, el Kyokushinkai es una escuela de vida.

Enseñar a ser uno mismo, sin miedo

Hoy más que nunca, los niños y adolescentes, y diría que muchos adultos, necesitan aprender a no dejarse arrastrar por la presión del grupo, a mantenerse firmes, auténticos, sin miedo a ser diferentes, a pedir respeto sin necesidad de imponerse ni ceder su verdad para encajar. Eso también lo enseña el Kárate. Porque no se trata solo de defenderse físicamente, se trata de aprender a sostenerse emocionalmente, a tener criterio, presencia, claridad, a saber quién soy y defenderlo sin tener que atacar, a ser fuerte desde dentro.

He visto a Javi cambiar vidas

Conozco a Javi desde hace más de 30 años, y puedo decir que lo admiro profundamente por todo lo que transmite y por como lo hace. He visto madres emocionadas agradeciéndole por haber ayudado a sus hijos cuando nadie más sabía cómo hacerlo. He visto a niños con déficit de atención a los que daban por imposibles aprender a concentrarse. A adolescentes perdidos encontrar dirección, fuerza, propósito. He visto cómo crea equipo, comunidad, un entorno donde cada persona se siente vista y valorada. También he sido testigo de cómo adultos con la autoestima por los suelos han vuelto a creer en sí mismos. Con cada clase, con cada enseñanza, con paciencia y perseverancia, Javi les ha ayudado a recuperar su centro.

Más que defensa: templanza y sabiduría

Estas clases no son un deporte más ni una extraescolar cualquiera. Son una gran herramienta para la vida. Yo siempre digo que Javi me recuerda la señor Miyagui de Karate Kid, aunque el se ríe cuando lo digo, pero tiene esa forma de entender la vida y de transmitir valores. Enseña a usar la fuerza solo si es necesario, nunca para imponerse, pero sí para poner límites cuando alguien viene a atacarte, para defenderte con respeto. para caminar con seguridad. 

Un maestro con verdadera fuerza interior

En más de 30 años, jamás he visto a Javi perder la paciencia, pelear ni discutir con nadie, y no porque no haya tenido razones, sino porque su fuerza está en su templanza, en su sabiduría interior, en su forma de estar. Ese es el ejemplo que transmite y es lo que queremos que tu o tus hijos podáis experimentar.

Contra el acoso

También es una gran herramienta contra el acoso escolar, porque un niño que se siente fuerte por dentro, no necesita pelear para defenderse, basta con su mirada, con su postura, con su energía. Eso también se aprende y se entrena junto con la templanza, la calma y el equilibrio.

Una ayuda para la vida

Si tú o tus hijos necesitáis estructura, guía, confianza, autoestima, dirección o simplemente un espacio donde volver a lo esencial… Este puede ser el inicio de ese camino.

Javi, sin duda, es el maestro que todos quisiéramos tener alguna vez en la vida. Te invito a probar sus clases.


🎯 En 3 Senderos te esperamos para entrenar, aprender, conectar… y también para disfrutar.
Ya sea con un café por la mañana, un bocata después de jugar al pádel o una comida en familia al terminar una actividad, nuestro bar está aquí para acompañarte.

👉 Consulta aquí el programa de eventos de Mayo  y Junio

📍Nos vemos en Sotolargo, rodeados de naturaleza y buena energía.

📍 Si quieres enterarte de todas nuestras actividades y formar parte de nuestra comunidad, puedes acceder a nuestro grupo de WhatsApp aquí 

📍Puedes seguir nuestra cuenta de Instagram para conocer nuestro día siguiendo nuestras historias y publicaciones.